Si la cultura casual en Inglaterra surgió a finales de los años 70, en
el resto de Europa han tenido que pasar algo más de 20 años para que
aparecieran los primeros grupos ya que no ha sido hasta mitad de 1990
cuando se han dado a conocer en España, Portugal o Francia.
Durante ese periodo de tiempo en todos estos países o no se había
extendido el ‘movimiento ultra’ o lo que predominaban eran grupos de
jóvenes con ganas de reivindicarse contra la sociedad en la que vivían.
Había colectivos extremistas de un lado o de otro pero su estética les
delataba y les daba igual no pasar inadvertidos.
El surgimiento de los casuals dentro de los ultras europeos vino
provocado por la represión policial, enfrentamientos entre los
cabecillas de un grupo o el cambio de tendencia de moda de sus miembros.
Pese a esto no son muchos los integrantes de estas peñas ya que no
suelen pasar de un número de 50 personas.
En Portugal la escena casual no es muy alargada. Tanto Oporto, Boavista,
Sporting de Lisboa o Benfica tienen en sus gradas a aficionados que se
distinguen por vestir con esta tendencia. El grupo con más nombre en
este sentido es No Name Boys del Benfica. Sus miembros no están
relacionados con ningún tipo de política y la manera que tienen de
asistir al campo es pasando desapercibidos para el resto de la grada.
Las marcas que suelen llevar son similares o algo más ‘pijas’ que las de
Inglaterra, Lacoste, Hackett o Ralph Lauren. El país vecino siempre se
ha caracterizado por tener grupos ultras que siguen la estética de
animar y vivir el fútbol como se hace en Italia.
En Francia también hay algunas pequeñas pandillas casuals ya que este
país tiene un movimiento que se asemeja mucho más al hooliganismo
inglés. Los más peligrosos son Paris Casuals Firm, ultras del París
Saint Germain. Se sitúan en la grada Kop Boulogne donde son cerca de
2.000 los hooligans franceses que se concentran en cada partido. Su
último episodio fue en noviembre de 2006 cuando un aficionado de este
equipo fue herido de muerte por un policía tras una persecución del
mismo contra un seguidor israelí.
El caso de España es raro y curioso porque en sus inicios, principios de
los años 90, el movimiento no tenía nada que ver con lo que había
aparecido en las Islas Británicas. El primer grupo que surge es Casuals
FCB, siendo éste una sección del colectivo ultra del Barcelona, Boixos
Nois. Sus miembros lejos de pasar desapercibidos para la gente como el
resto de los casuals en el mundo, ponen su pancarta en el fondo del
estadio o la dejan ver en manifestaciones antes de los partidos
importantes de aquellos años.
Además su estética difería mucho de la de Gran Bretaña ya que en aquella
época la moda skin era lo que se llevaba y costó su tiempo adaptarse.
Se empezó por vestir con chándal y poco a poco se fueron adoptando la
ropa con la que no se les reconoce respecto al aficionado normal.
El equipo rival del Barcelona, el Español, también tuvo su grupo casual.
Se llamaba Le Crew y duró poco ya que en 2003 se disolvió no
entendiéndolo dentro de su grupo ultra, Brigadas Blanquiazules.
Sin embargo no solo de la ciudad de Barcelona ha vivido el casualismo en
España ya que en Zaragoza en 1994 se formó Solfans Casual Club. Este
grupo no ha pasado desapercibido en cuanto a desórdenes se refiere ya
que ha tenido enfrentamientos con Ultras Violeta de Valladolid, Boixos
Nois, Indar Gorri del Osasuna o Biris Norte del Sevilla. Desaparecieron a
finales de los 90 pero a su vez se formó el que es el grupo ultra más
peligroso del Zaragoza hoy en día, Ligallo Fondo Norte.
En Oviedo pasó algo parecido ya que sus casuals, Real Oviedo Casuals
Firm, cuando vieron que no podían seguir como colectivo se unieron a la
peña más animosa del Carlos Tartiere, Symmachiarii.
En Madrid, el Frente Atlético no tiene ningún grupo reconocido como
causal pero si sus vecinos del Real Madrid. En el fondo sur es cada vez
más frecuente ver a miembros de Ultras Sur que se alejan de la
vestimenta skin que le ha caracterizado desde los años 80. Madrid City
Firm es el principal clan madridista en este apartado.
Con todo ello se puede apreciar que son muchos los grupos que han
aparecido en los últimos 15 años en España, así como los que han
desaparecido, pero su número de momento no es muy grande. Al tiempo.
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