miércoles, 16 de enero de 2013

La cultura perdida

Uno de los mitos que se ha extendido en torno a la cultura casual es el hecho de que desde sus propios inicios, todo el mundo tenía conciencia de que eran “casuals”, y así se proclamaban en público.

Esto es absolutamente falso, ya que en los inicios de la cultura casual se llegaron a utilizar diferentes apreciaciones para definir al grupo de jóvenes que dieron comienzo a esta cultura urbana ligada a las gradas de los estadios de fútbol. Scallies (si nos situábamos en la zona de Liverpool), Perrys (en el caso de sus vecinos de Manchester) o Casuals (expresión que se utilizó poco a poco de manera común en las zonas anteriormente mencionadas y en el sur de las Islas) fueron los términos que se vinieron utilizando a finales de los 70.

Como en los inicios todas las culturas urbanas inglesas, al principio no se tenía una conciencia de pertenecer a algo concreto y definido, fue el crecimiento y desarrollo de esta cultura urbana lo que les imprimió “conciencia de pertenecer a algo” a sus iniciadores.

Al contrario de lo ocurrido con otras culturas urbanas, caso de la skinhead, con un origen focalizado en un lugar concreto (a pesar de su posterior extensión), la cultura casual nació y se desarrolló casi de forma simultánea en zonas diferentes de Inglaterra, lo que le dotó de una particular personalidad y le imprimió unos rasgos diferentes, en función de la zona en la que estuviésemos hablando.

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