Inicio del casualismo.
El inicio de la cultura casual puede establecerse entre 1978-79,
teniendo su origen y desarrollo en todos los años que van desde
comienzos de los 60 hasta la fecha mencionada en las gradas de los
campos de fútbol británicos. Hay que dejar por sentado que el casualismo
nace del fútbol y para el fútbol, no tiene su origen en ninguna
tendencia musical ni política y que todo se produce por la adaptación de
una determinada estética entre los que serían llamados “casuals”.
¿Por qué se llega a esta determinada estética? Bueno, hay quienes
sostienen que la finalidad era pasar desapercibido ante las hinchadas
rivales para así poderlas atacar. El método de actuación era no llevar
ropa vinculada a ninguna cultura juvenil existente, ni distintivos del
equipo al que se pertenecía, esparcirse en pequeños grupos y crear los
incidentes con las “firms” (grupos de hools, abreviación de hooligans)
del grupo rival. Esta es la forma de actuación en la fase de desarrollo
del casualismo, en la era pre-casual, puesto que aún no se habían
establecido los cánones estéticos entre las firms, ni la policía conocía
este fenómeno. A comienzos de los 80 el fenómeno cambia: los jóvenes
británicos amantes de las gradas deciden adoptar una estética definida.
¿Quiénes fueron los primeros en adoptar tal estética? ¿A quiénes hay que
otorgar la paternidad del movimiento? Entre las gradas inglesas tal
atribución cabe otorgársela a jóvenes de Liverpool. Sus odiados vecinos
de Manchester también reclaman la paternidad de la criatura. Y para
aumentar más la confusión en cuanto a los orígenes, seguidores de
equipos de la siempre odiada (por los norteños ingleses) Londres también
se arrogan el derecho de haber instaurado la estética casual en las
gradas. La moda se expande por las islas y fueron los seguidores del
Aberdeen los que iniciaron la senda del casualismo en Escocia en el año
1981.
Delimitado el año de inicio hay que destacar el hecho de que se
produjera el culto a las marcas de ropa entre determinados seguidores de
clubes ingleses y no en otros. ¿La razón? Estos seguidores seguían a
sus equipos por Europa y empiezan a ver marcas de ropa y artículos de
las mismas que no existían en Inglaterra. Pretenden con ello crear una
nueva identidad diferenciada del resto de seguidores normales de sus
equipos y reafirmarse ante ellos mediante una estética no conocida hasta
la fecha.
Como dato anecdótico de esa búsqueda de nuevos artículos y marcas en
Europa, puede citarse que la final de la Copa de Europa de 1980 entre el
Liverpool y el Real Madrid, en París, tuvo a los hooligans del
Liverpool tremendamente ocupados buscando una célebre (pero a la par
desconocida) tienda en París que disponía de artículos de Adidas que no
se podían encontrar en ningún otro sitio. Como algunos periodistas han
llegado a calificar este hecho, los hools del Pool estaban buscando “el
santo Grial del casualismo”. Obviamente la tienda no existía.
La estética casual.
Atribuida la paternidad de la criatura a los hools del Liverpool (con
sus dimes y diretes), lo que está claro es que a comienzos de los 80 la
estética casual estaba definida y se empezaba un culto a la ropa, a las
marcas, parejo al culto a la violencia y el fútbol. Por primera vez
entre los movimientos juveniles británicos, un movimiento juvenil se
creaba en las gradas de los campos de fútbol y de ahí salía a la calle y
no al contrario, desde la calle se entraba a las gradas, como venía
ocurriendo anteriormente con skins, mods o punks. Los primeros casuals
iniciaron el culto a Lacoste, Burberry, Fila, Ellesse, Sergio Tacchini,
Kappa, Pringle, Diadora, Lois, Levi’s, Slazenger, Benetton, Adidas y
Puma… Culto que se lleva a otras marcas como Stone Island, Henri Lloyd,
Barbour, Fjallraven, Paul & Shark, Paul Smith, Prada, Armani, Hugo
Boss, Ralph Lauren, Cp Company, Hackett, Aquascutum… con el paso del
tiempo.
Realmente la aparición de esta cultura urbana supuso toda una revolución
estética. Hoy en día parecen lejanos los tiempos en los que los casuals
vestían con la parte superior de chandals de Sergio Tacchini o Fila…
Pero más extraño aún nos parece que en una época donde la influencia del
punk llegaba a todas las culturas urbanas y el aspecto estético se
“descuidaba” (por emplear un término suave) apareciera gente que vestía
con parkas, jerseys de lana con cuello de cisne, chinos y mocasines; el
sueño de toda madre que quiere un hijo de aspecto “modélico”. Ese rasgo
distintivo sigue caracterizando la escena y el empeño sigue siendo, aún
adoptando una estética más deportiva, el vestir con estilo y elegancia. Y
es que si alguien tiene en mente el salir a buscar bronca en la calle
no se le pasa por la cabeza el empeñar su sueldo en ropa que
generalmente suele sufrir en primera instancia las peripecias violentas.
Pero como algunos dicen “England si is different”.
El causalismo fuera del fútbol.
El fenómeno casual es algo surgido por y para el fútbol. No tendría
mucho sentido el que ésta tendencia estética, cultura urbana o
movimiento juvenil (según lo observe cada uno) se extendiera más allá de
las gradas de los campos de fútbol. Pero el fenómeno casual se va
extendiendo más allá de las gradas, de forma lenta, es cierto, pero cada
vez es más patente que determinados sectores políticos estén adoptando
la estética casual, bien por comodidad, bien por verdadera
identificación con el casualismo.
La política no es algo que haya estado ligada de una forma
indiscutible a las firms inglesas, no se crearon estas firms por una
motivación política. Pero si es cierto que su importancia ha sido o es
más relevante de lo que algunos han considerado y que, durante finales
de los 80 hasta mediados de los 90 la ideología lealista inglesa era una
tendencia abrumadoramente predominante en todas las gradas inglesas,
incluso en las de tendencias más izquierdistas, caso de la del West Ham,
a excepción de las firms del Manchester y del Liverpool (e incluso en
estas mismas no existía una homogeneidad al respecto).
Incluso las relaciones entre política y gradas llegaba más allá en
determinados grupos que no se quedaban únicamente en el “loyalism”, sino
que incluso entraban de lleno en el NS. Chelsea, Leeds, Newcastle y
otros muchos son conocidos por las relaciones o la implicación directa
que tenían parte de sus hools con organizaciones como Blood & Honour
/ Combat 18, el National Front o el British National Party. Por tanto
no es de extrañar que las nuevas generaciones de “militantes políticos
nacionalistas ingleses” abracen la cultura casual en lugar de optar por
la estética skinhead como venía siendo habitual (y aún hoy es habitual
fuera de las islas Británicas) en Inglaterra.
La música dentro del casualismo.
Resulta extraño que una cultura urbana inglesa no tenga un referente
claro dentro de una determinada tendencia musical. Los skins crearon su
propia música, tras una lógica evolución. Como hicieron los punks, mods o
rockers. Pero los casuals tras más de dos décadas de existencia siguen
sin establecer una cultura musical propia.
Algunos podrían argumentar que el pop británico, con grupos como The
Jam, The Smiths, The Farm o Artic Monkeys es el referente musical de los
casuals. Y es cierto que en esta escena musical existen músicos o
grupos que se consideran o se reclaman partícipes de la cultura casual.
Pero no es algo que ocurra de forma generalizada. Y el gusto por el
fútbol y la cerveza no implica necesariamente la pertenencia a la
cultura casual.
Otros podrían reclamar las raves y la música dance como uno de los
iconos musicales de la cultura casual. Y si bien es cierto que el rave,
el extasis y el dance hicieron furor durante comienzos de los 90 dentro
de la cultura casual (de hecho algunos argumentan que lo que
verdaderamente detuvo la violencia hooligan en Inglaterra fue la afición
de los hools a las raves, dejando a un lado su atención por el fútbol)
bien es cierto que desde ciertos sectores se odia profundamente todo lo
que lleva asociado la música dance (por como afectó al casualismo más
que por la música en sí). De ahí la aparición de campañas como la
iniciada por casuals del Chelsea bajo el título “Hooligans against
acid”.
Tampoco se podría dejar de lado la influencia que el Oi! ejerce entre
ciertos ambientes, especialmente entre aquellos que han llegado al
casualismo desde el mundo skinhead. Grupos como Condemned 84 podría
considerarse el más representativo de esta tendencia, tanto por su
estilo musical como por su “ideología” como abanderados del patriotismo
inglés y del lealismo militante.
Aún así, a mi modo de ver no existe una cultura musical propia del
casualismo, pero ello no quita que el pop británico, el oi! de la mejor
factura o la música dance gocen de un buen predicamento entre los
casuals, en función de la zona o de la firm en la que nos centremos.
¿Es el casualismo un fenómeno anclado en los 80?
La estética casual aunque definida, no permanece estancada en unas
determinadas marcas, sigue ampliándose a nuevas que son acogidas con
mayor o menor entusiasmo. Estética que hoy en día está presente en las
calles británicas de un modo incontestable: es la moda entre la juventud
británica y no necesariamente ligada a sus orígenes. Ya no es el fútbol
el principal referente para algunos “casuals”, sino la simple moda, el
vestir como un casual, no ser un casual. Hay que tener presente que esta
cultura trae el gusto por vestir bien entre los jóvenes de clase
obrera, el gusto por una estética elegante y una ruptura total con una
estética que basa sus orígenes en el movimiento punk y que había sido
predominante durante muchos años entre los jóvenes ingleses. Además, el
hecho de que el casualismo se haya importado al resto de las gradas de
Europa en mayor o menor medida le ha ido dotando de aspectos
particulares y específicos de cada país.
Este desarrollo ha generado una distorsión de la estética y del
movimiento casual con la aparición de auténticos abortos sociales como
los “chavs” o “scallies” que, errónea e intencionadamente, se ha
asociado por parte de la prensa a la cultura casual. Estos fenómenos y
la utilización de sus integrantes de marcas clásicas dentro del
casualismo como Burberry, Hackett o Ted Baker, han hecho que tales
marcas pasen a ser un tabú dentro de la escena casual.
El uso de Burberry entre los casuals británicos ha sido doblemente
vetado ya que es una marca que ha sido adoptada por la población
inmigrante negra de forma masiva. Igual fenómeno el que está sufriendo
la marca Stone Island, de aceptación masiva entre la población juvenil
pakistaní residente en Inglaterra aunque sigue siendo muy popular entre
los casual.
La influencia de la estética casual no ha generado fenómenos
paralelos únicamente, sino que ha influido igualmente a la moda urbana
en general. Quizás el aporte más interesante de la estética casual a la
moda actual, no ya inglesa sino europea, es la inclusión de las
zapatillas deportivas entre la estética tipo de cualquier joven. El
desarrollo a gran escala de la producción industrial de zapatillas
deportivas viene propiciado por ese culto que se inicia en Inglaterra y
que se extiende al resto del continente. Adidas, Puma y todas las marcas
que hoy en día no dejan de lanzar cientos de modelos con unos costes
cada vez más altos, no serían nada, o habrían evolucionado de un modo
muy distinto, sin el apoyo fanático de todos los jóvenes que han estado
ocupando durante años las gradas de los campos de fútbol.
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